2016-06-12. En la Realidad Divina Todos Somos Uno.
2016-06-12. En la realidad divina todos somos uno.
Ubicación: Asheville, Carolina del Norte, EE.UU. – 11CT #395 – 11CT-395sp
Fecha: 12 de junio de 2016
Maestro: Maestro Ophelius
Receptor: Chris Maurus
Maestro Ophelius. Dios es Amor. Dios es Espíritu. Dios es todo poderoso, todo consciente, todo sabio y todo presente. Su Creación y cada criatura en ella existe como la eventuación de su deseo de conocer y poseer toda la experiencia – conocerse a sí mismo. Como respuesta a su pregunta primordial, “¿Quién Soy?” el nacimiento de los universos espacio-temporales vino a ser – para ser el teatro para que sus hijos experimenten la vida y para elegir libremente el camino de saber lo que es subir la escalera de la vida desde la imperfección a la perfección de Dios.
Para cosechar estas diversas experiencias de vida, Dios colocó un fragmento no diluido de sí mismo -el Espíritu Residente para que viviera en las mentes de todos sus hijos- para ser el Monitor Divino que guiaría a estos hijos imperfectos a través de la Creación, nivel por nivel, reino por reino, mundo por mundo, revelando una imagen cada vez más amplia de sí mismo: el Gran Misterio, y para lo cual impartirá a los de madurez espiritual progresiva, un poder cada vez mayor, conocimiento y la comprensión del amor en formas más puras, hasta que estos niños hayan alcanzado la sabiduría y la gloria del logro de la perfección -para ser como Él- para vivir eternamente y experimentar el abrazo divino de la Finalidad.
Toda la Creación está cambiando, evolucionando y moviéndose hacia estados de perfección cada vez más grandes -cada criatura, cada mundo, cada galaxia, cada reino y dimensión- todos divinamente orquestados -una sinfonía de inimaginable complejidad- todos moviéndose de acuerdo a Su Gran Plan. Como Creador y Arquitecto Divino, Él crea perpetuamente la vida y explora nuevas ideas y luego experimenta el funcionamiento de esas ideas y planes a través de sus amados hijos.
Usted, mi amigo, es un hijo de este magnífico y benevolente Creador y ha sido llamado a participar en Su Gran Plan. Sin importar lo que usted crea, ninguna persona de cualquier fe, religión o credo, tiene el derecho exclusivo de participar en este Gran Plan. Todos están invitados, así como todas las mentes están habitadas por el Poderoso y Divino Monitor, el Fragmento de Dios. En la realidad divina -la verdadera realidad, todos somos Uno, ya que todas las cosas y seres son parte de Dios mismo- no hay una separación real de esta Unidad, sólo su “percepción temporal” de la separación existe como una ilusión autoimpuesta. A medida que se progresa a mayores estados de perfección en su viaje en la Gran Aventura, el velo de la separación comienza a caer y pronto comprenderá que todas las cosas trabajan juntas en armonía para ayudar en la realización del Gran Plan.
Es por ignorancia de este Gran Plan que su planeta sufre y se encuentran divididos y en guerra creyendo que su mínimo común denominador es sus creencias, su religión, su raza, su cultura, su sexo, su estatus social o su identidad nacional. Todos estos atributos de su humanidad no son más que semillas para una experiencia de vida diversa – una diversidad que debería ser celebrada y entendida desde el punto de vista de la Unidad.
Cada uno de ustedes es íntimamente conocido por el Creador y sus administradores y han sido elegidos por designación divina para ser el anfitrión de la Morada Divina! ¡Son amados para siempre y nunca están solos! Todas las personas en su mundo son sus hermanos, todos están en el jardín de infancia de su educación para convertirse en dioses y cada uno tiene un plan de estudios único que cumplir. Su graduación es el regalo de su experiencia de vida a su Creador. Permanezcan juntos en la alegría, el asombro y la maravilla mientras esperan su turno en el escenario de la graduación de la escuela de la vida. Los felicito, incluso ahora, en los primeros pasos de su viaje al jardín de infantes. El Gran Plan requiere su participación. Ven ahora y toma tu lugar como ciudadano del universo y como heredero de tu herencia divina.
La Paz esté con ustedes, El Círculo de los Siete