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MUS1- Los Misterios del Universo.

2020-07-05. Los Misterios del Universo.

Musings – MUS #1

Los misterios del universo no son los mismos que una vez pensamos. Desde entonces hemos aprendido un poco más de la realidad de nuestro mundo y el cielo; la mente y el espíritu; los secretos de la vida aquí y en el futuro.

Aprendimos no de un solo Dios, como siempre se nos enseñó, sino de la existencia de muchas Deidades, e hijos e hijas de Deidades, y muchos seres con muchos asistentes a las Deidades y a los Creadores… y a nosotros.

Y aprendimos -o volvimos a aprender- que Dios, la Primera Fuente y Centro de todo lo que es, no está ahí arriba en un banco de nubes llamado cielo. Aprendimos que Dios, nuestro Padre celestial, está dentro de cada uno de nosotros, y que también es donde está el cielo. Pero deberíamos haberlo sabido; Jesús nos lo dijo.

Aprendimos que nuestro destino no es el cielo; ¿cómo podría ser si está dentro cd nosotros? Pero nuestro destino es el Paraíso, como Jesús nos lo dijo otra vez cuando se lo dijo al ladrón crucificado a su lado.

Y aprendimos que nuestro Creador no es Dios, nuestro Padre en el Paraíso, sino que nuestro Creador es un Hijo de Dios llamado Cristo Miguel, a quien conocemos en este mundo como Jesús.

También aprendimos que nuestros libros sagrados de este mundo fueron hechos por hombres, algunos fueron inspirados por el Padre que habita en ellos, otros por los susurros de otros que nos ayudan a entender.

Aprendimos que Dios nunca fue celoso, enojado o vengativo. Él es y siempre ha sido y siempre será el Amor. Y la Verdad, y la Belleza. Y la bondad.

Aprendimos que sólo por la fe nos salvamos… sobrevivimos. Lo hacemos por el hecho de nuestra herencia como hijos e hijas de Dios, como todos los seres creados.

Y aprendimos que hemos recibido increíbles dones de Dios directamente, la Única Fuente y Centro de todas las cosas en el Universo.

Él nos dio un fragmento de sí mismo para vivir dentro de nosotros, para guiarnos y hablarnos, y para ayudarnos con nuestra comprensión de la verdad.

Nos dio una personalidad única que está ligada a la personalidad de Dios en todo momento; es un reflejo de la propia personalidad de Dios.

Nos dio la oportunidad de hacer crecer un alma y de sobrevivir a este mundo y pasar a otros mundos más gloriosos que están por delante. Y nos dio el libre albedrío, el poder de tomar nuestras propias decisiones sobre cómo y cuándo actuar, decidir, elegir, ser.

Hemos aprendido que nunca estamos solos, porque en nuestra única unidad Dios, que habita en el interior, siempre está ahí, siempre escuchando, siempre nos guía a través de cada experiencia. Además tenemos muchos, muchos otros guardianes que nos vigilan y cuidan. Si tropezamos no caeremos; es sólo una parte de nuestra danza con el universo.

Y hemos aprendido que independientemente de las circunstancias de estar en este mundo, no somos de él. No tenemos miedo porque sabemos que independientemente de lo que ocurra en este mundo, somos seres cósmicos y espirituales. Jesús también nos dijo esto.

Hemos aprendido de Jesús que debemos “no resistir el mal”. Eso no significa que lo aprobemos; significa que no puede tocarnos realmente. Y que debemos devolver el amor por cualquier mal que se nos presente. El mal no tiene un poder real sobre nosotros. Jujutsu espiritual.

También aprendimos que si tenemos ojos para ver y oídos para oír, comprenderemos muchos más de estos misterios del universo. Pero debemos estar atentos a esta comprensión y debemos escuchar la pequeña voz que reside dentro: “Quédate quieto y sepas que YO SOY Dios”.

Pero mientras hemos aprendido sobre todas estas cosas asombrosas, también hemos aprendido que nuestra experiencia en este mundo es necesaria y valiosa, independientemente de lo que ha sucedido en el pasado y lo que nos sucede aquí y ahora.

Finalmente, por esta reflexión, sabemos que somos mucho más que seres materiales. Sabemos que cada uno de nosotros y nuestro Padre somos uno.

Hay mucho más que hemos aprendido, mucho más de lo que podemos empezar a decir. Esto es, después de todo, el mero comienzo, nuestro tiempo de la eternidad en el preescolar.

¿Pero qué pasa con el resto del mundo? ¿Qué es lo que saben? ¿Cuándo sabrán más? Con el tiempo, ellos también lo entenderán. Y ellos también sabrán todo lo que sabemos. Ellos, como nosotros, tienen toda la eternidad para aprender quiénes somos realmente. Entonces, que así sea.

Y los viejos misterios serán reemplazados por otros nuevos. La aventura nunca termina, el aprendizaje nunca cesa, y el amor, como siempre lo ha hecho, lo conquista todo.

James Leese – 5 de julio de 2020

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